Consejos útiles: Mochila para rutas de senderismo
Es difícil imaginar un
elemento más básico y vital para los amantes de la aventura (senderismo,
montaña, multiaventura) que la mochila, es una herramienta de transporte
indispensable para hacer montaña, escalar o hacer viajes de trekking.
Distribuir correctamente el peso
Ante todo, hay que
evitar el exceso de peso. Una carga razonable oscila entre los 10 y 15 kilos
bien distribuidos.
A la hora de hacer la mochila, hay que guiarse por dos principios fundamentales:
A la hora de hacer la mochila, hay que guiarse por dos principios fundamentales:
1. Colocar los objetos en función de su peso
Centrar los objetos más pesados en torno a un imaginario eje central y rodearlo con los elementos más ligeros y flexibles, hasta conseguir un conjunto uniforme que evite desplazamientos.
El correcto llenado de la mochila es importante, y va en función del tipo de terreno por el que uno se va a mover, si es muy abrupto o difícil, o si es más llano o fácil.
Para terreno fácil conviene llevar el centro de gravedad de la mochila arriba del todo y por lo tanto, la parte más pesada de la carga situada cerca de los hombros.
Para terreno difícil conviene llevar el centro de gravedad en el centro de la mochila, por lo tanto, la parte más pesada de la carga, situada cerca de la espalda. Esta distribución favorece la estabilidad.
Centrar los objetos más pesados en torno a un imaginario eje central y rodearlo con los elementos más ligeros y flexibles, hasta conseguir un conjunto uniforme que evite desplazamientos.
El correcto llenado de la mochila es importante, y va en función del tipo de terreno por el que uno se va a mover, si es muy abrupto o difícil, o si es más llano o fácil.
Para terreno fácil conviene llevar el centro de gravedad de la mochila arriba del todo y por lo tanto, la parte más pesada de la carga situada cerca de los hombros.
Para terreno difícil conviene llevar el centro de gravedad en el centro de la mochila, por lo tanto, la parte más pesada de la carga, situada cerca de la espalda. Esta distribución favorece la estabilidad.
2. Colocar los objetos en función de su utilidad.
Todo aquello que se imprescindible a lo largo del camino (bebida, una prenda de abrigo…) se pondrá en la parte de arriba o en los bolsillos exteriores.
El borde inferior de la mochila y el peso deben quedar sobre el hueco de la pelvis: hay que intentar centrar al máximo la pelvis. Aproximándola a la espalda para un mayor control.
¡Nunca cuelgues objetos por fuera de la mochila! Desequilibran y podrían llegar a perderse con facilidad.
Todo aquello que se imprescindible a lo largo del camino (bebida, una prenda de abrigo…) se pondrá en la parte de arriba o en los bolsillos exteriores.
El borde inferior de la mochila y el peso deben quedar sobre el hueco de la pelvis: hay que intentar centrar al máximo la pelvis. Aproximándola a la espalda para un mayor control.
¡Nunca cuelgues objetos por fuera de la mochila! Desequilibran y podrían llegar a perderse con facilidad.
Mochila para mujeres
Existen bastantes
modelos de mochila que en su fabricación tienen en cuenta las especificidades
de la anatomía femenina: espalda más corta, cadera más ancha y pecho más
expuesto, lo cuál hace necesaria una repartición diferente de las cargas a
nivel de la espalda y una concepción diferente del cinturón abdominal así como
del sistema de cintas para evitar que oprima el pecho.
De todos modos, el que
una mochila no tenga un diseño específico para la anatomía femenina, no
implica, en absoluto, que no pueda ser utilizada satisfactoriamente por una
mujer.
Como llevar una mochila
La mochila tiene que
ir totalmente pegada a la espalda, por lo que deben tensarse al máximo las
hombreras y correas de modo que se adapten por completo al contorno del cuerpo.
Hay que ajustar bien el cinturón a la cintura para liberar a la columna y los
hombros de gran parte del peso. Si existiese una cinta de unión entre las
hombreas, ésta ha de ser abrochada para repartir otra parte del peso hacia el
pecho y proporcionar mayor comodidad al andar. Si se siguen estos consejos, se
podrá realizar cualquier tipo de actividad con la mochila a cuestas y será muy
difícil perder el equilibrio.
Posición incorrecta de la mochila
El peso recae sobre
los riñones forzando la postura y convirtiendo en incómoda la marcha.
Posición correcta de la mochila
El peso queda
repartido uniformemente entre las caderas y los hombros, adoptando una postura
más firme y por tanto más cómoda.
Cada persona tiene
diferentes medidas, se recomienda regular la altura a través del tensado de las
hombreras y el ajuste del cinturón.
Al portar una mochila
de diseño anatómico, la espina dorsal recibe el peso uniformemente.
Las vértebras dorsales
concentran todo el peso de una mochila incorrectamente colocada, dificultando
el caminar.
Con una mochila adecuadamente adaptada al cuerpo, se pueden practicar
otras actividades sin perder el equilibrio.
En terreno difícil, al esquiar, durante descensos de montaña etc., se debe ajustar las cintas de la mochila al máximo para favorecer que cuerpo y mochila actúen como uno sólo.
En terreno difícil, al esquiar, durante descensos de montaña etc., se debe ajustar las cintas de la mochila al máximo para favorecer que cuerpo y mochila actúen como uno sólo.
Las mochilas modernas llevan el cinturón lumbar. El cinturón lumbar es
una parte clave en una mochila de tamaño medio o grande. De su confort y diseño
depende la facilidad de una mochila para mantenerse firme en la espalda
impidiendo oscilaciones que nos desequilibrarían. Conviene que el cinturón sea
blando en la parte interna para más comodidad, y algo más rígido en la parte
exterior para una mayor resistencia a la torsión
Consejos de uso
Seleccionar el modelo
según la morfología de cada uno, regular las hombreras sin apretar las
hombreras sin apretar excesivamente, facilitando la circulación y ventilación
del conjunto.
Que sea fácil de
liberarse de la carga en caso de desequilibrio, pudiendo salir por un lateral.
Las correas de cintura disminuyen los deslizamientos colaborando a una mayor
sujeción y son fáciles de soltar.
No escojas una mochila
grande sólo porque la creas más polivalente. Si cabe más, seguramente la
llenarás más, con los problemas que ello origina a la hora de caminar.
Tenga claro para qué
la va a usar. Cada deporte (esquí, senderismo, bicicleta de montaña,
alpinismo...) tiene sus peculiaridades, y hay mochilas que se adaptan a cada
actividad concreta con portaobjetos específicos.
Es muy bueno que la
espaldera tenga un sistema de aireación adecuado y que el tejido con que está
confeccionado no absorba ni retenga el sudor.
El volumen o la capacidad de la mochila
Viene expresada en
litros y depende de la actividad más habitual (marcha, escalada, esquí...)
Lo ideal sería tener
al menos dos mochilas de distinto tamaño para poder utilizar una u otra en
función del tipo de salida que se desea acometer.
Las mochilas lisas y sin bolsillos laterales
Facilitan el paso a
través de vegetación o pasajes estrechos ya que sobresalen mínimamente de
nuestra anatomía.
Permiten llevar esquís
y bastones laterales.
Tienen facilidad de
arrastre al izarlas (durante escaladas)
Con bolsillos laterales
Permiten el acceso
rápido e independiente a partes del equipo. Algunos modelos técnicos tienen
bolsillos desmontables y pueden usarse como piezas separadas.
Costuras
El sistema de costuras
que cohesiona las distintas partes de una mochila, es de la mayor importancia.
Las costuras deben ser duraderas y, las que deban soportar un gran esfuerzo de
vencer dobles o triples, o incluir algún sistema de refuerzo eficaz. El hilo
debe ser de alta resistencia e indestructible. El ideal es un hilo de poliamida
100% de alta calidad.
Y por último
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