domingo, 23 de marzo de 2014

Ruta de los Cahorros - Monachil (Granada)

 
Monachil es un pueblo que está situado a tan sólo unos 8 kilómetros hacia el sureste de Granada, en la parte del centro-sur de la comarca de la Vega de Granada. Es aquí donde están Los Cahorros, una zona de alucinantes paisajes ideal para hacer senderismo o practicar escalada.
Resulta increíble que esta lugar, esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra. En un cuarto de hora apareces en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad triunfan sobre el tráfico de la capital. Esto hace que sea una buena opción para una escapada desde Granada, ya que se puede salir por la mañana, pasar allí todo el día allí y volver a la ciudad por la noche.
La ruta de Los Cahorros discurre bordeando el río Monachil, el cual nace en el pico Veleta (el segundo más alto de la Sierra Nevada y el cuarto del país). Y este río es el gran artífice del impresionante paisaje, altas montañas que han sido escarvadas durante siglos por sus aguas. Los viajeros van caminando entre las paredes, en ocasiones bastante estrechas, que el Monachil consiguió modelar.
Para llegar hasta ahí, se sale desde el pueblo en dirección El Purche y, a unos 500 metros, a la altura del bar El Puntarrón, se puede dejar el coche. Y desde ahí comienza un sendero hacia la derecha que se mete por una zona de cortijos con árboles frutales que nos conduce hacia la ruta. Se llega hasta dos eras llamadas Los Regenerales y se puede coger el camino de Los Cahorros Altos o los Bajos. La ventaja de ir por los Altos son las vistas del cauce del río desde arriba.
En el camino se combinan las montañas con el río y sus cascadas. A esto se suma otra característica de la ruta que son los puentes colgantes que hay que ir atravesando cada tanto, para disgusto de los caminantes con vértigo. Uno de los puentes sobre el río mide nada menos que 63 metros, que se construyó hace cerca de un siglo con cuerdas y hace cuarenta años se remodeló para una mayor seguridad.
Dado que no existe casi desnivel en la mayor parte del recorrido, las dificultades no son grandes. Sin embargo, hay momentos en los cuales el trayecto se vuelve un poco más complicado, como al pasar por la Cueva de las Palomas (uno de los puntos más bonitos del camino). Aquí hay unas anillas en las paredes para poder sujetarse, para hacer frente a lo estrecho del sendero. Y si el río está medianamente alto, hay alguna parte en la que hay que pasar sentados. Pero la caminata de un par de horas se ve recompensada por un rato sentado en alguna de las praderas escuchando los pájaros y el agua.
 

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